Pataki Eleguá Eyioko Oddi
Eleguá

¿Por qué Orula NO se corona en la cabeza de nadie? Conoce el Pataki

Este pataki yoruba surge en el Oddun Eyioko Oddi (2‐7) o Oyekun Di, es en esta historia donde nace por qué  Orunmila no baja a las cabezas, pues le dijo a Olofin que no lo haría hasta que redimiera a la humanidad.

Eleguá, el dueño de los caminos y del destino, interviene en esta ancestral historia como mensajero del creador para encontrar la causa de los conflictos y guerras de los hombres en la tierra.

Pataki de porque Orunmila no pasa por cabeza de nadie

Después que Olofin crea la tierra le confiere poder a todos los Orishas y les entrega sus respectivos Ashé (energía y poder).

Cada Orisha con su poder astral podía enviar sus virtudes a un grupo de personas en la tierra y a la vez eran amparadas en dependencia del Orisha que les irradiaba y así se convertían en sus hijos.

Pero las personas cuando recibían la radiación de sus Orishas, instantáneamente se convertían en alguien desconocido, se transformaban en sus deidades y los poseían.

Los hijos de los Orishas pierden la humildad

Al principio todo marchaba bien, pero al cabo del tiempo comenzaron todos a engrandecerse y sentirse unos mejor que otros, la humildad había muerto.

Y fue cuando comenzaron los conflictos en todos los aspectos, dieron paso a las guerras armadas y las luchas de superioridad en conocimientos.

Las relaciones entre todos eran un verdadero caos porque todos se creían Dios.

Entonces Olofin se entera de la situación que ocurría en la tierra y manda a Elegguá a ver lo que sucedía.

Eleguá va a la tierra a buscar la causa de los conflictos

Baja Elegguá a realizar lo encomendado por el creador y al ver como andaba todo se molesta mucho.

Se dirige a una persona y le pregunta por qué todos peleaban y este le responde muy altanero:

-Yo soy hijo de Osain y mi padre me ha concedido el don de la sapiencia, por lo que yo soy más privilegiado que los demás.

Elegguá al oír esas palabras se quedó atónito pero mucho más molesto y le responde:

‐Pues cuando Olofin y los Orishas sepan de esto no les va a gustar nada tal comportamiento.

Decide seguir indagando la causa de tantas guerras y va alejándose muy disgustado por las respuestas de aquel hombre.

Pero cuál no sería el asombro de Elegguá que a cada persona que le preguntaba le respondía con la misma actitud petulante que el hijo de Osain.

Sube muy indignado Elegguá y le cuenta a Olofin la situación de los hombres en la tierra.

¡Olofi debe tomar una decisión!

Olofin queda petrificado por lo contado por Elegguá y después de analizar un buen rato sobre la decisión que debe tomar, decide mandar a cada uno de los Orishas a la tierra para que hablen con sus hijos y cambien su actitud.

Reúne a los Orishas, les comenta lo dicho por Elegguá y que su decisión es mandarlos uno por uno a la tierra.

El primero en bajar es Obbatalá, pero regresa muy acongojado porque no pudo resolver la situación con sus hijos.

Así sucesivamente van bajando todas las deidades y el resultado final es que ninguno ha podido hacerles cambiar la actitud a sus primogénitos.

El adivino Orula interviene y hace un pacto con el Creador

Ya no quedaban más Orishas cuando Olofin decide mandar a buscar a Orunmila, el gran oráculo de Ifá y le comenta todo lo que ha pasado y pide que le ayude con los hombres en la tierra porque esa guerra puede destruir el mundo.

Orunmila muy resuelto le dice a Olofin:

‐Te prometo que bajaré y arreglaré la guerra existente y también a los hombres, pero mientras yo no lo organice no bajaré a la cabeza de nadie.

Así, Olofin estuvo de acuerdo con Orunmila.

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